jueves, 23 de julio de 2009

Nialea [2ª parte :3]

Bueno... se que no son horas... pero la inspiracion viene cuando quiere :3

Como info, ya estoy en el blog de suke [vampirodelanime.blogspot.com] como podeis ver en su encabezado soy ese tipo de rosa :3 xDDDD

y bueno, sin mas palabreria inutil, pasemos a ver que hace Hanael :3

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Hanael se dirigió hacia su escuadrón e hizo tañer las campanas, seguidamente se sentó en el portal a esperar a que llegaran las tropas.

La primera tropa en llegar fue la administrada por Vomel, como siempre. Vomel era el mas estricto entre los administradores de las tropas, su tropa siempre se había caracterizado por ser la mas disciplinada. Aún así, Vomel ya había llegado a una edad en la que dentro de poco el consejo le ‘’recomendaría’’ la jubilación.

Vomel iba al frente de su tropa, y como siempre iba vestido con el chaleco con sus condecoraciones. Su escaso pelo grisáceo ya casi no se dejaba ver por encima de sus ojos verdosos. En su juventud, muy atrás en el tiempo, hacia notar sus delicias con las mujeres, pero el viento se llevo todos esos encantos.

La segunda en llegar es Agnel, la única administradora del ejercito, con sus pocos años ya se ha hecho un sitio como excelente luchadora, y a la muerte del anterior administrador Samael le otorgo ese puesto, muchos dicen que guiado por dos poderosas razones, pero en verdad todos saben que es una gran luchadora y que no hay nadie tan o mas apto como ella para ese puesto.

Agnel llegaba con la espada desenvainada dando ordenes con ella a su tropa, la ligera brisa que soplaba en Nialea hacia que tanto su tunica como su larga melena avellana se balancearan con el viento. Cuando miro para Hanael y le dedico una de sus intrigantes sonrisas mientras le guiñaba uno de sus ojos negros, Hanael volvió a sentir ese impulso de saltarse todas las reglas para estar con ella, pero era su subordinada y esas cosas no podían salir bien.

Y a la cola, llegaba Samael, el anterior capitán de las fuerzas de lucha, que aún llevaba puesto el distintivo en su tunica, aunque le había cedido el puesto a Hanael, en el fondo el aún quería dirigir el cotarro, pero su orgullo decidió por el, que prefería ser el él que dejara el puesto antes de que el consejo se lo ‘aconsejara’.

Su corto pelo aún rubio destacaba entre la mayoría de morenos de su tropa, la anterior tropa de Hanael, su cuerpo musculoso de tantas luchas hacia que los demás parecieran simples alevines a su lado. Y además, su forma de vestir siempre había sido bastante indecorosa para los más ancianos, al igual que Hanael, el cual veía en Samael a una figura paterna que nunca había experimentado en su propia casa.

Todas las tropas se quedaron en posición mirando al frente, el tañido de la campana significaba que algo importante iba a pasar o estaba pasando en ese momento, los tros administradores miraron a Hanael esperando que empezara a hablar.

Os he hecho llamar para deciros que en no mucho tiempo tendremos una misión en Londres. El consejo me ha dado los datos de que Schiffer y otros demonios menores han escapado del infierno debido a una actuación irresponsable de unos humanos. –Empezó diciendo Hanael- Lo único es que aún no sabemos donde se encuentran, por lo que tenemos que esperar a que el consejo nos de ordenes para saber donde están. Mientras, podéis descansar, pero estad seguros de que antes del amanecer de mañana se nos movilizara. Podéis retiraros, pero por favor, estad atentos para la movilización, la próxima vez que haga tañer las campanas, nos veremos en las puertas de Nialea, ahora, descansad –Dijo levantando su mano izquierda- Vomel, Agnel, Samael, quedaros un momento.

Mientras todas las tropas se dispersaron, los administradores y Hanael entraron al cuartel.

No será fácil la misión, si es el mismo Schiffer el que se ha escapado del infierno, sera un duro combatiente-Dijo Vomel mientras entraban al cuartel.

Nadie será un duro combatiente para mí –dijo entre risas Samael.

Agnel se río con Samael mientras Hanael pensaba en la forma de organizar todo aquello.

Como bien había dicho Vomel, seria difícil, Hanael estaba seguro de ello, ya que había luchado otras veces contra demonios de su calaña, y no resultaba nada fácil.

Hanael –Dijo Samael con una sonrisa sacando a Hanael de sus pensamientos- No te olvides de volver de una pieza de esta misión, aún nos queda un entrenamiento que ejecutar.

Lo mismo te digo viejo –Dijo Hanael sin poder disimular la preocupación que tenia por la futura misión.

lunes, 13 de julio de 2009

Nialea [1ª parte]

Bueno... despues de un tiempo sin escribir... y broncas de todo el mundo para que ponga algo... [xD] hoy me he decidido a intentar el proyecto mas pretencioso que tengo en mente de momento... bueno, el segundo si contamos que el primero es dominar el mundo [=P]

Sera una historia por capítulos... de momento tengo pensado bastante... solo me queda meterle algo de cuerpo a la historia... para ver que tal sale ^^

Espero que os guste a los que seguís leyendo esto... y bueno, que dentro de poco tb estaré de colaborador con Suke-san en su blog... y ahí colgare TB las historias... digo tb, xq no voy a dejar mi complejo bing por nada del mundo ^^

Y bueno... sin mas dilaciones... aqui os dejo la historia ^^
Salu2
Riks // Shun :3
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Después de una noche tranquila, el sol empieza a despertar al día en Nialea, los trinos de los pequeños pájaros que pueden sobrevivir en la ciudad debido a la permisión de los ángeles, hacen que la mañana sea preciosa. Ademas de que, en primavera, las flores de los cerezos dan a la ciudad un desenfadado color rosado que hace que la ciudad se rejuvenezca a los pies del monte Olimpo, monte que se puede ver desde cualquier parte de la ciudad por encima de los blancos e inmaculados tejados que cubren las casas de sus habitantes.

Nialea, mas conocida como la ciudad de los ángeles, ciudad donde habitan estas criaturas, es una ciudad que los ángeles han mantenido oculta a la mayoría de los humanos durante incontables siglos. Desde ella, los ángeles se encargan de defender a los humanos de sus eternos rivales, los demonios.

La ciudad esta ''gobernada'' por el comandante de todos estos ángeles, Azrael y su consejo de sabios, que marcan las pautas a seguir en la ciudad.

Y con una llamada de este a un ángel de renombre en la ciudad, comienza nuestra historia.

¡Hanael, Hanael!-Gritaba el pequeño alevin que hacia de mensajero- Azrael quiere veros mi señor -dijo al llegar y arrodillarse delante de Hanael.

Tranquilo pequeño, no hacen falta todas estas reverencias-Dijo Hanael con una sonrisa en la boca- ¿Que querrá el viejo ahora? -Dijo dirigiéndose a su acompañante, otro ángel que llevaba el mismo distintivo que el.

Pues, me imagino que habrá alguna misión importante que llevar a cabo, no se moviliza al capitán de las fuerzas de lucha por nada ¿no?-Dijo el otro ángel riéndose y guardando su espada.

Aun no me acostumbro a ese cargo-Dijo Hanael mientras se revolvía el pelo- Bueno, Samael, no guardes tan rápido la espada, que aun nos queda un entrenamiento que llevar a cabo.

Hanael levanto el vuelo al ras del suelo con sus blancas alas, volar seguía siendo menos cansado que andar, pero tampoco quería volar muy alto, desde que le habían declarado capitán de las fuerzas de lucha, había adquirido mucha fama en la ciudad, y es una cosa que no le gustaba, aun recordaba con nostalgia aquellos días en los que era un simple soldado raso a las ordenes del antiguo capitán, del que ahora era su amigo, de Samael, el cual había decidido dejar su puesto a Hanael por su juventud, y porque, según sus palabras, ''ya no estoy para estos trotes''.

Los pocos que vieron a Hanael, siguieron asombrándose por el porte del ángel, su larga cabellera negra colocada en trenzas y sujeta por una coleta desentonaba con la casi divinidad blanca de sus alas. Su piel algo morena hacia destacar aun mas el atuendo blanco de su vestuario, era un ángel nada corriente, se solía saltar a menudo algunas normas pequeñas... sobre todo las que tenían que ver con vestuario.

Al llegar a las puertas del consejo, los dos ángeles guardianes quitaron las lanzas para que este pudiera pasar, Hanael descendió hasta el suelo y se dispuso a caminar por el largo pasillo que daba entrada al consejo, a sus flancos se veían las estatuas de los antiguos capitanes del ejercito y de los consejeros, al fondo vio la estatua de su amigo Samael, y a su lado una piedra de mármol que llevaría su estatua.

Al llegar a las viejas puertas de madera, las desplazó lo mas mínimo posible para no causar ningún ruido y se dispuso a ver al consejo.

Eran cuatro, liderados por Azrael, el cual saludo a Hanael nada mas lo vio entrar, los otros tres consejeros eran completamente diferentes unos de otros.

Isbel era una adorable anciana, la cual habia vivido la ultima gran guerra contra los demonios, era comprensible y siempre era la voz de alivio en los juicios de Nialea.

Narandel era un cascarrabias, siempre saltaba por todo, era el típico ángel conservador que quiere que las cosas se hagan como se hacían antes, no es necesario decir la opinión que tenia de Hanael.

Y en discordia estaba Alaiel, una chica joven y superdotada que había sido proclamada como sabia hacia pocas semanas, era tímida y poca gente sabia algo sobre ella.

Buenos días Hanael, me alegro de que hayas respondido con tanta velocidad a mi llamada. -Dijo Azrael con una sonrisa en la cara.

Tampoco tenia otra opción ¿verdad?, ademas ya sabéis que las ordenes del consejo son deseos para mi -dijo con una sonrisa burlona en la cara.

Tan impertinente como siempre, ¡sigues siendo un niñato Hanael! -Dijo Narandel mientras se levantaba bastante enfadado de su silla.

Tranquilízate por favor Narandel, es joven, déjale disfrutar de su vida- Dijo Isbel guiñándole un ojo a Hanael.

Alaiel se limito a suspirar.

Bueno, dejemos esta discusión para otro momento, Hanael, te hemos llamado por que tienes que cumplir una misión importante- Dijo Azrael cambiando la sonrisa de su cara por un toque de seriedad.

Hanael también se dejo de bromas y escucho atentamente

Necesitamos que vayas a Londres, unos humanos insensatos han abierto una puerta al infierno y el mismo Schiffer se ha escapado con un gran ejercito, por lo que necesitamos que toda la escuadra de lucha vaya allí cuando tengamos noticias de su localización, por lo que, necesitamos que avises a tu ejercito para que esteis preparados para la lucha, ahora sin dilaciones vuelve a avisar a tu ejercito por favor -dijo Solemnemente Azrael

Entendido -dijo Hanael- El ejercito estará preparado, no lo dudes.-acabo con una sonrisa mientras se dio la vuelta y de despidió levantando una mano mientras salia por la puerta.

Maldito crió impertinente -Fue lo ultimo que escucho de Narandel mientras cerraba la puerta.

Y Hanael se dispuso a avisar a su ejercito

[Continuara]